METODO DE LA YOGA

CAPITULO X YOGA

Yoga es una palabra sánscrita que significa literalmente «unión», aunque también tiene las acepciones de contemplación y concentración. Es el método que ha de seguir el hombre para llegar a la mística unión con Dios. El verdadero Yogui es aquel ser quien reconoce la esencial Divinidad de su verdadero ser, y la esencial unidad de todos los seres como la reconocieron y enseñaron Buda, Jesús y demás reformadores del mundo, a pesar del prejuicioso ambiente en que se criaron.

A la Yoga «unión» con el Dios Íntimo puede llegarse por cuatro senderos a saber:

1o Por la Raja Yoga o el desenvolvimiento de la naturaleza interna, por medio de la disciplina mental. 2o Por la Karma Yoga «unión por la acción u obrar». Otros emplean Hatha Yoga «o dominio de las fuerzas físicas para el adelanto espiritual». 3o Por la Bhakti Yoga «o el camino del amor y la devoción»;

4o Por la «Gnani Yoga» o el «sendero de la sabiduría». Para nuestro trabajo actual, solo nos interesa la Raja Yoga o el sendero del pensamiento, porque los otros tres están incluidos en él, como veremos más adelante.

La disciplina de la Raja Yoga es un camino que tiene ocho estaciones o una escalera de ocho gradas; cada -una presupone el conocimiento y la práctica del interior. Esas etapas se llaman en sánscrito Agnas o «miembros». Con esta dominación, los yoguis nos demuestran que el conjunto de estas prácticas forman el cuerpo de la Yoga «camino de la unión, con el Íntimo», así como el cuerpo físico forma la perfecta Unión del verdadero Dios Hombre.

Las primeras son dos (Yama y Niyama) «Moral y devoción», verdaderas bases para llegar a la unión. Así como los pies izquierdo y derecho son necesarios para sostener el cuerpo, así también de la moral y de la espiritualidad, las dos primeras etapas de la Yoga, depende el adelanto en las seis siguientes.

La tercera y cuarta etapa llamadas (Asana y Pranayama) «Actitud y dominio de las fuerzas vitales» por medio de los ejercicios físicos y respiratorios; corresponden al vientre y al pecho. Asana significa la actitud de sentarse, que consiste en erguir el busto y el abdomen durante los ejercicios respiratorios. El objeto de esta actitud y de los ejercicios es curar el cuerpo de todas sus dolencias físicas y obtener una mente sana en un cuerpo sano. Es natural que la Hatha-Yoga en este caso, debe ser la parte complementaria de las prácticas de «RAJA YOGA».

Pranayama o ejercicio respiratorio – Aunque Pranayama tiene varios significados, pero el más aceptado es «vida» porque según los yoguis Prana es la substancia vital. Respirar es vivir dice un sabio hindú, y, en la Biblia tenemos el pasaje que dice; «Y Dios sopló en sus narices el aliento de la vida»; de manera que la aspiración y el dominio del cuerpo, por la Hatha Yoga, representan la parte vital del cuerpo de la Yoga o Unión.

La quinta y sexta llamadas (Prtytyáhára y Dharana) son los instrumentos de la mente, así como los brazos del hombre son los instrumentos más importantes para la acción física.

Prtyáhára significa la concentración mental sostenida en un punto externo. El objeto de esta concentración es llegar a lo Invisible por medio del visible; mientras que Dharana constituye el primero de los tres aspectos superiores o internos de la Unión con el Íntimo Dios y su objeto consiste en la concentración interna; porque cuando la mente se sostiene firmemente y sin desviarse sobre un objeto se logra identificarse con la «esencia interna y externa» del objeto de su meditación. De manera que ésta se hace como una escalera hacia el Absoluto.

La séptima es Dhyana o contemplación y corresponde al cuello que sostiene la cabeza. Por medio del cuello, todos los impulsos e impresiones del cuerpo pasan a la cabeza, así también por medio de la contemplación o meditación llegan todas las facultades de la mente a ser como una corriente ininterrumpida para llegar a Samádhi o la IDENTIFICACION.68 / JORGE ADOUM

La octava es Samádhi, corresponde a la cabeza, es la última etapa o la coronación de todos los esfuerzos anteriores. La corriente se identifica con el Agua del Océano; el Alma Individual con el Alma Universal, y se reconoce su unidad Indivisible de todo lo que existe, y no habrá más ni pensador, ni pensado, ni pensamiento, porque en este estado, ni ojo humano puede ver, ni oídos pueden oír jamás; puesto que los tres elementos se fusionan en la misma Unidad y no habrá separación entre el meditador y el meditado: el Hombre se hace uno con LO QUE ES.

Como se ve, el propósito de la Raja Yoga es eliminar toda obstrucción mental, fortaleciendo la voluntad y vigorizando el poder de la concentración para conducir al aspirante a la verdad, por el sendero de la perfección, meta de toda religión. Raja significa Rey. Se llama así porque por la voluntad y la concentración el hombre se vuelve rey del Universo y puede dominar, sin ninguna dificultad, la naturaleza física para abrir un paso hacia la Unión con la Verdad.

Pitágoras, Platón, Plotinio, Proclo, los gnósticos y los místicos cristianos han practicado este método. Espinoza, Kant, Schopenhauer, Emerson, etc., dicen que el objeto de este método es escudriñar el misterio del alma humana e incitarla a la actualización de las facultades latentes en la intimidad de todo ser humano.

Quien domina completamente su mente podrá gobernar todos los fenómenos de la naturaleza. La Mente Divina es el soberano poder del Universo y cuando la Mente Humana se une con la mente del Íntimo Dios, tendrá poderes divinos; de suerte que la concentración en un objeto visible descubre la verdadera naturaleza del objeto en sí mismo, en lo Invisible. Quien puede abstraerse por completo del mundo externo y concentrarse en el YO SOY, descubre o mejor dicho se siente idéntico a la Única Realidad.

Entonces vemos que el Dios a quien adoramos no es una entidad separada e independiente de nosotros, no está lejos, sino que mora en nosotros y en El vivimos, nos movemos y tenemos el ser y reconocemos la esencial identidad de todos los seres. La Ciencia de la Raja Yoga señala ocho etapas en el sendero de la Unión con el Íntimo, como se ha dicho. Esta ciencia explica clara y científicamente sus métodos.

No hay nada misterioso en su sistema, por el contrario, expone y explica cómo se realizan los fenómenos en apariencia misteriosa. Esta Yoga demuestra que mientras ignoramos la causa de los fenómenos nos parecen misteriosos; y para escudriñar los enigmas del Universo nos ponemos en contacto con nuestro Íntimo Omnisciente, que nos enseña la razón de ser de todas las cosas.

La Raja Yoga no exige fe ciega, al contrario somete todo a la experiencia de la razón del aspirante para que infiera de los resultados sus conclusiones.

Cuando despertamos una facultad latente en nosotros, ésta nos acompañará hasta después de la muerte, porque lo único que podemos sacar de este mundo es nuestro carácter y nuestra experiencia. Tales son los verdaderos objetos de la Raja Yoga o la Unión con el Íntimo por medio del pensamiento.

PRIMERA ETAPA

La primera etapa del sendero para llegar a la Unión con Dios, está simbolizada con el pie izquierdo y su objeto es observar las leyes de la ética y de la moral. Sin el pie izquierdo, el hombre es cojo, no puede seguir fácilmente en el camino; in la moral no se llega lejos en el sendero hacia la Unión.

El pie izquierdo tiene cinco dedos y la primera etapa de la RAJA YOGA tiene cinco leyes o preceptos que son: No matar. No hurtar. No mentir. No fornicar y, No recibir dádivas.

Estos principios deben ser observados estrictamente, pues de lo contrario, el aspirante no adelantará en el sendero, ni alcanzará el reconocimiento del divino Íntimo que reside en su interior. Cada uno de estos preceptos tiene su respectivo poder, como veremos después; de manera que no hay nada de milagroso cuando nos cuentan que un yogui o un San Francisco de Asís amansaban o dominaban a los animales más feroces u otros santos resucitaban muertos, etc.

NO MATAR

Es el primer precepto. No matar, no sólo al hombre, sino a todo ser vivo, ni por pensamiento, ni por palabra, ni por obra, porque el pensamiento y la palabra son acciones. El hombre que se afirma en la idea de no matar, todos los seres se tornarán mansos ante él. Cesarán la riña, la lucha y la guerra entre los hombres y hasta entre los animales, cuando la humanidad siga esta enseñanza: «Bienaventurados son los pacificadores porque serán llamados hijos de Dios» ha dicho Jesús, porque el pacificador es el que no mata y nunca puede tener enemigos; al contrario hasta los enemigos, ante él, serán los mejores hermanos.

NO HURTAR

El segundo precepto es no hurtar. Hay hurto clandestino y hurto público, el primero es un defecto del individuo; y el público, pertenece a las naciones fuertes. El mundo actual está lleno de riquezas y alimentos, pero por el hurto clandestino y público las naciones viven en miserias, y mientras más arrebatan las cosas materiales, más pobreza domina al mundo. El aspirante debe afirmarse en la idea de no hurtar y allegar toda riqueza. También el hurto puede ser por pensamiento y por eso dijo el Legislador: No desearás los bienes del prójimo.

NO MENTIR

Igualmente delinque el que miente, el que induce a mentir y quien aprueba una mentira. Una mentira leve es siempre mentira. Todo pensamiento vicioso vuelve a quien mintió, después de dañar a los demás; la palabra veraz en los labios limpios de la mentira es una LEY para todos los hombres y todas las cosas. El hombre veraz puede obrar milagros, le basta decir la palabra. El evangelio relata que cuando el Centurión fue a pedir a Jesús la curación de un hijo enfermo, le dijo: Señor, yo soy un hombre de potestad (esto es: tengo yo el poder de la palabra) digo a éste «ven» y viene, y al otro «ve» y va. Di tú, tu palabra y mi siervo será sano.

NO FORNICAR

Sin la castidad no es posible tener energía espiritual. El cerebro, que ha absorbido la energía seminal creadora por medio de la castidad, posee una gigantesca fuerza de voluntad y de concentración que puede cambiar la suerte de los hombres y tener dominio sobre las gentes. Únicamente de la castidad dimanan todos los poderes del hombre.

«Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios», dice Jesús.

NO RECIBIR DÁDIVAS

Toda dádiva es una especie de soborno y el sobornado es influido y dominado por el donante; así es que quien recibe dadivas pierde la independencia de la mente. Entonces para llegar a la Unión con el Íntimo, el aspirante tiene que practicar, ante todo, estos cinco preceptos, que corresponden a la primera etapa, hasta adquirir sus poderes. Sin estas prácticas en conjunto, ninguna escuela, ningún maestro, tampoco ninguna religión puede ayudarle en su intento de llegar a la Unión.

LA SEGUNDA ETAPA

La primera ha sido moral, la segunda es espiritual y simboliza el pie derecho; también tiene cinco preceptos que son: Purificación externa e interna. Contento.

Mortificación. Estudio y, Sumisión a la Voluntad Divina.

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La purificación externa significa un cuerpo limpio por medio de baños, abluciones, duchas e irrigaciones. El hombre desaseado atrae a su atmósfera elementales sucios e inferiores que impiden su adelanto. Se cuenta que Mahoma encontró, en el Templo del Kaabá, a un hombre, con el pelo alborotado y la ropa mugrienta, arrodillado orando; entonces el profeta le agarró por el cabello y sacándolo. del templo, le dijo: Es preferible no rezar que asistir tan sucio al templo.

La rama de la Yoga llamada Hatha Yoga está dedicada a la limpieza del cuerpo, para dominar sus instintos.

La purificación interna consiste en lavar también las suciedades del ánimo como los siniestros y malos pensamientos, por medio de pensamientos puros: lavando la cólera por el amor, la lujuria por la pureza, etc… Un cuerpo externamente limpio puede parecer a las gentes bello, mas no así al aspirante que percibe la suciedad interna; pero cuando se establece la limpieza interna y externa, ya no siente el aspirante tanto apego al cuerpo físico y la fealdad del cuerpo se convierte en hermosura por la santidad interna. Cuando la mente se limpia de los malos pensamientos adquiere la apacibilidad del ánimo, la concentración, el dominio de sus órganos y el poder de reconocer al YO SOY.

Sólo puede adelantar en el conocimiento de sí mismo aquel cuyo cuerpo y mente son limpios y sanos. Mente sana en cuerpo sano; mente limpia en cuerpo limpio. Cuando un hombre llega a ser dueño de su mente, gobernará su cuerpo y será dueño de este instrumento del alma.

EL CONTENTO

El dolor y la tristeza son impedimentos para el adelanto espiritual; por esto la Raja Yoga recomienda la limpieza y la salud del cuerpo para evitar el dolor físico y exige la limpieza y la salud de la mente para no tener tristeza. Solo el contento, la salud y la felicidad son los mejores caminos hacia la Unión.

LA MORTIFICACIÓN

La Mortificación no significa maltratar al cuerpo, al contrario la Raja Yoga, exige un cuerpo sano y fuerte. La mortificación consiste en dominar los desmesurados deseos del cuerpo para dotar a sus órganos del poder de eliminar de ellos las impurezas. Cuando se mortifica el cuerpo con un ayuno racional, por ejemplo, se depuran todos los elementos nocivos de la sangre; con la castidad se aumenta la energía creadora y vitaliza el conjunto. Los resultados de esta racional mortificación producen muchas veces la clarividencia, la clariaudiencia u otras facultades psíquicas.

EL ESTUDIO

El estudio no significa leer obras, sino consiste en la consciente recitación de oraciones, sea, en voz alta o mentalmente, que es de mayor eficacia. Ya se ha dicho que las vibraciones del pensamiento dirigidos por medio de la concentración forman como un puente entre la mente y el Íntimo.

LA SUMISIÓN A DIOS

Esta sumisión la define Jesús en su Sermón de Montaña que dice: «No os acongojéis por vuestra vida, pues diciendo ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos cubriremos? Porque los gentiles buscan todas esas cosas. Vuestro Padre Celestial sabe que de todas estas cosas habéis menester. Más buscad el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán dadas por añadidura».

Después dijo: «El Reino de Dios está dentro de vosotros». ¿No significa todo esto que el hombre debe penetrar a su mundo interno en busca del Reino de Dios? ¿No significa que cuando el hombre penetra en lo Íntimo, por medio del pensamiento, se vuelve sumiso a la voluntad del Padre Celestial, quien le provee de todas sus necesidades?

LA TERCERA ETAPA

La tercera etapa enseña la postura del cuerpo, de la cual depende la ley del equilibrio corporal: aprender a sentarse y mantenerse erecto. La columna vertebral es como la varita Mágica; cada vértebra debe ocupar su debido lugar, sin ninguna opresión a los nervios, ni obstaculizar su nutrición. Todo hombre debe aprender a pararse sobre la planta de los pies, descansando apenas los talones. No es una tarea fácil, debido a la educación que nunca se ocupó en esto; pero aquel que se dedica a esto, después sentirá una sensación de bienestar que recompensa todo trabajo hecho.

Sin este requisito no se puede practicar los ejercicios respiratorios. El aspirante tiene que mantener pecho, cuello y cabeza erguidos en línea recta. Esta práctica domina el sistema simpático y los nervios que dominan el organismo, y cuando la mente domina sus sistemas desaparece toda enfermedad.

El estudiante no debe apoyarse en el respaldo del asiento, ni debe tenderse o cruzar las piernas.

LA CUARTA ETAPA

La cuarta etapa es la respiración o aspiración. La Raja Yoga dedica varios tomos sobre esta importante etapa. Todo hombre aspira átomos correspondientes o afines a su pensamiento o carácter. Al pensar aspiramos átomos de la misma naturaleza que nuestros pensamientos y nuestra sangre, a su vez, se impregna de ellos.

Para atraer salud, bienestar, sabiduría, santidad, etc., debemos pensar en todos ellos para poder aspirarlos. En los libros hay miles de ejercicios respiratorios y cada ejercicio pertenece o es dedicado a un órgano especial. No nos es posible describirlos todos; pero personalmente hemos ejercitado solamente dos y nos parecieron suficientes para todos nuestros objetos.

EL PRIMER EJERCICIO

Es el equilibrador o el Armónico y consiste en lo siguiente:

1o De pie, mirando al Este, cuerpo erguido, aspirar lentamente por la fosa nasal derecha, tapando con el dedo la ventanilla izquierda, hasta llenar los pulmones durante el tiempo de ocho pulsaciones u ocho palpitaciones del propio corazón. Durante la aspiración, hay que visualizar claramente el objetivo que deseamos obtener. Con esta respiración o mejor dicho aspiración, absorbemos los átomos necesarios para la realización de nuestro deseo.

Cuando penetran en nuestra sangre hacen vibrar los plexos; la idea adquiere carácter positivo y tiende a estimular nuestro ser para realizar el objetivo: Con las ocho pulsaciones y aspirando, los pulmones deben llegar al máximo de su capacidad expansiva, siempre visualizando la idea con toda claridad.

2o Terminada esta fase, hay que retener el aliento en los pulmones durante cuatro pulsaciones, retención que facilita la asimilación, siempre visualizando.

3o Terminada la retención se pasa a la exhalación que debe ser efectuada por la ventanilla izquierda, durante ocho pulsaciones, tapando la ventanilla izquierda con el dedo sin visualización.

4o La cuarta fase es el período de reposo y consiste en retener los pulmones vacíos, durante cuatro pulsaciones, gozando del provecho obtenido, también sin visualizar nada.

Este ejercicio es llamado positivo, porque por la ventanilla derecha se absorbe la energía vital positiva y sirve para el desarrollo de la mente consciente; terminado este ejercicio, hay que estimular el subconsciente de la siguiente manera. Nuevamente se comienza, pero ahora por la ventanilla izquierda para aspirar la fuerza pasiva que alimente el subconsciente.

1o Hay que proceder como la primera, pero de una manera inversa, para lo cual se tapa la derecha con el dedo y aspirar lentamente durante ocho pulsaciones sin visualizar nada.

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2o Retener el aliento durante el tiempo de cuatro pulsaciones.

3o Exhalar por la’ derecha tapando la izquierda durante ocho pulsaciones. 4o Retener los pulmones vacíos durante cuatro pulsaciones. La Raja Yoga recomienda otro ejercicio que es algo peligroso para ciertas personas, no lo aconsejamos a todo el mundo y consiste en:

1o Aspirar por la izquierda durante ocho pulsaciones. 2o Retener el aliento durante Treinta y dos. 3o Exhalar por la derecha durante diez y seis.

Creemos que para practicar este ejercicio es menester de un guía para controlar la salud corporal y mental del practicante, mientras que la práctica del anterior no sólo es inofensiva sino contiene lo que necesita el aspirante.

EL SEGUNDO EJERCICIO

El segundo ejercicio debe ser practicado después del antecedente y consiste en lo siguiente:

1o De pie, hacia el Oriente, erguido, aspirar por ambas ventanillas, durante ocho pulsaciones; mientras dure la aspiración se debe visualizar lo que se desea, como si viene a nosotros y lo poseemos; de esta manera, se absorbe los átomos deseados para realizar el objeto.

2o Retener cuatro pulsaciones visualizando que las vibraciones atómicas de lo que se ha deseado, invadan todo el organismo.

3o Exhalar durante ocho pulsaciones y durante este tiempo hay que visualizar nítidamente, como quien por medio del pensamiento dirige todas las ‘ vibraciones, para la cristalización de la idea, como si las vibraciones que salen por medio del aliento fueran directamente al objetivo: a un centro que se quiere despertar en el organismo, a un órgano que se quiere sanar o a un enfermo, sea cercano o distante, que se quiere sanar, o en fin a cualquier objeto deseado.

4o Retener durante cuatro pulsaciones y repetir mentalmente una frase que armonice con el ritmo de las cuatro pulsaciones del corazón como por ejemplo: YA-ESTA-HE-CHO o, A-SI–SE-A. o, A-MEN-A- MEN, etc.

Después de este ejercicio debe venir un momento de meditación para dar gracias y decir por ejemplo con Jesús: Te agradezco, Padre mío, que siempre me escuches. O: Yo y el Padre somos Uno y El me da siempre lo que pido. Etc.

Los dos ejercicios deben ir juntos. El lector puede leer miles de libros que tratan sobre la ciencia de la respiración y puede practicar infinidades de ejercicios en dichos libros, él es libre, pero nosotros damos lo más importante, lo más necesario y al mismo tiempo exento de todo peligro. Muchos preguntan: ¿Cuántas veces hay que practicar estos ejercicios, cuándo, dónde, etc.? Nosotros no podemos dar ninguna regla, esto depende de la urgencia de la necesidad. Jesús dijo: Y obtendréis, si no es por vuestros merecimientos, seria por vuestra exigencia.

Con todo podemos insinuar lo siguiente: 1o Cada ejercicio puede ser practicado siete veces seguidas, cada sesión: 2o Tres sesiones cada día antes de cada comida: esto es, antes del desayuno, antes del almuerzo y antes de la cena. Si es posible antes de dormir, seria muy recomendable. 3o El lugar debe ser silencioso, limpio y puro. 4o El estado debe ser en perfecta salud, sin ninguna preocupación mental. Este último es muy importante, porque si en nuestra mente hay algún enojo o preocupación durante los ejercicios, absorbemos los átomos que aumenten el estado mental después del ejercicio. Comprendido y practicado todo lo anteriormente dicho podemos pasar a la quinta y sexta etapa de la RAJA-YOGA.

LA QUINTA es la concentración mental en un punto externo, cuyo objeto es el dominio de los órganos de los sentidos, de suerte, que sujetos a la voluntad se retraigan de los objetos exteriores y permitan la concentración mental.

LA SEXTA es la concentración interna, consiste en fijar la mente en un centro interno, sea el corazón, el plexo solar u otro, cuyo objeto es conducir a la séptima etapa que es la meditación o contemplación y consiste en que se levantan oleadas mentales, cuya gradual intensidad prevalece contra todas las vibraciones contrarias.

Los filósofos están divididos entre ellos: Una parte da la razón a Aristóteles cuando dijo: Por el estudio de las cosas visibles se puede llegar a la verdad; la otra parte dice con Sócrates: Conócete a ti mismo, esto es meditando en tu mundo interno, y obtendrás la verdad. La Raja Yoga siempre ha enseñado los dos métodos: uno fue seguido por Aristóteles y otro por Sócrates y no hay divergencia alguna entre los dos.

La conciencia puede identificar nuestra realidad con la de las demás formas de vida. En cada hombre, animal, planta y mineral, se ve, tras la envoltura y formó visible, la presencia del Espíritu idéntico en su propio Espíritu; se ve asimismo en todas las formas de vida, en todo tiempo y lugar. Por otra parte enseña que cada YO es un centro de conciencia en el infinito Océano de la Vida y aunque aparentemente separado y distinto, está realmente, en contacto con el Todo y cada una de sus aparentes partes. De aquí se deduce que las dos escuelas, existentes en el mundo actual, se encuentran en el mismo punto.

La palabra mente tiene dos acepciones: la primera es «Mente Universal» y la segunda es «Mente personal.» con todas sus facultades. La mente del hombre trabaja en tres distintos planos que son:

Mente instintiva o subconsciente, Intelecto o consciente y Mente espiritual.

Estos tres planos mentales constituyen la envoltura del YO, de manera que cuando el intelecto concentra en la forma llega al alma de la forma, primera envoltura de su espíritu; y, si concentra en el YO siente la Unidad del Todo en sus aparentes partes. La concentración coloca la mente en perfecta armonía con la voluntad del YO, para acrecentar su poder sobre el mundo exterior. La concentración tiene por objeto el dominio de los tres planos mentales para obtener poder y dominio sobre las fuerzas del Universo.

Todo es mente y la mente del hombre que obedece a la voluntad del YO SOY es igual en su poder a la mente del Absoluto.

El dominio de la mente por medio de la voluntad es lo primero que enseña la Raja Yoga. Cuando el aspirante llega a concentrar bien su mente en las cosas externas y llega a comprender su naturaleza, ya puede dirigirse hacia el interior de sí mismo, para dominarse y dominar al mundo por medio de la voluntad. Hay que interceptar todo pensamiento o impresión del mundo externo y pensar simplemente en «YO SOY»; que la mente se detenga en la palabra «YO» que significa realidad. La práctica debe ser en actitud cómoda y tranquila según las enseñanzas anteriores.

LA SÉPTIMA ETAPA

La séptima etapa es la contemplación o meditación que es la base del poder de la voluntad y su cultivo facilita el ejercicio de la potencia volitiva. La meditación o contemplación conduce a la octava `etapa que es el éxtasis, tan frecuente entre los yoguis y santos, sea cual sea, la religión que profesan, porque toda religión conduce a Dios:

La atención es la detención de la concentración, de la conciencia. Es el enfocamiento perfecto de la mente en la realidad de las cosas. El hombre es el Creador, pero crea solamente las cosas sobre las cuales se ha fijado la mayor suma atención.

La Imaginación detenida, concentrada, es el poder creador del hombre. La atención voluntaria es el distintivo del hombre DIOS.

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LA ATENCION VOLUNTARIA ES LA FE, Y LA FE NO ES MAS QUE LA ATENCION VOLUNTARIA. TODO LO QUE PIDIEREIS CON FE (esto es con imaginación atenta o atención voluntaria contemplativa) OS SERA DADO. Dijo Jesús. Meditad en esta frase de Jesús.

PEDID CON ATENCION CONTEMPLATIVA, CON IMAGINACION ATENTA Y TODO OS SERA DADO.

YA OS FUE DADA LA PRIMERA LLAVE MAGICA DEL REINO.

LA OCTAVA ETAPA

La octava etapa es el éxtasis, es llegar al Reino del Íntimo, del cual no se puede repetir más que las palabras de San Pablo: Ni ojo humano vio, ni oído oyó lo que preparó Dios a sus elegidos, esto es, a aquellos que llegaron a El por el Éxtasis.

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